lunes, 3 de marzo de 2014

palabra número 10

la palabra de esta semana es una de las que más me cuesta, al menos aplicarla, porque si hay algo de lo que no me jacto es de ser silenciosa, y si, esta vez las palabras de Sindel vienen a invitarnos a hacer

SILENCIO


ya en épocas de escolar esa palabra me era impuesta, sobre todo por una maestra de paciencia algo corta.
solía decirme en la cara con el ceño bien fruncido:

- ¡Jorgelina, usted habla hasta por los codos! ¿Podría hacer silencio?

y eso me costaba tanto como aprenderme las tablas de multiplicar
el silencio no es lo mío, las palabras me salen a bocanadas, por lo que me he ganado expresiones bastante crueles como:

"¡te voy a coser la boca!"  "¡te voy a cortar la lengua!" " a buen entendedor pocas palabras bastan" -esta última frasecita más que nada servía de tope para cuando me dedicaba en dar explicaciones excesivas a cuestiones muy simples.
también llegué a escuchar el "callate que me mareás" y yo trataba de imaginar a mi oyente inmerso en un mareo emocional mientras mis palabras revoloteaban alrededor de su cabeza como pajaritos.
incluso, me llegaron a preguntar si por esas cosas comía paté de lengua a diario.
creo que la frase que más ha surtido efecto en mí es la que dicta que "en boca cerrada no entran moscas"y esto más que nada, porque una vez, por boca abierta me tragué una mosca sin querer y la verdad no fue nada agradable.

aún así, lo admito, ¡me gusta hablar hasta dormida!
por lo que no sé cómo le haré para guardar silencio como la ocasión lo amerita.
dada la situación y ya que el silencio es lo que debe primar para cumplir con la consigna hare todos los esfuerzos posibles y me pliego a la propuesta de la única manera que me es posible


!grcistsprvstrme!*

*(gracias a todos por visitarme)


15 comentarios:

  1. Jorgelina, qué bueno que te gusten las palabras, ellas nos comunican con todos y hacen posible que aprendamos, que compartamos y vayamos creciendo y madurando...No obstante, el silencio nos ayuda a reflexionar, a inspirarnos y a valorar la belleza de la naturaleza, que siempre nos espera con su silencio mágico...Estoy segura, que también practicarás el silencio de vez en cuando...(sonrío)
    Mi felicitación y mi abrazo grande por tu aportación a esta propuesta.
    M.Jesús

    ResponderEliminar
  2. Me recuerdas a mi hija, que cuando le decíamos que dejara de cantar o de hablar, nos preguntaba si podía silbar. Un aplauso guapa

    ResponderEliminar
  3. Jaja muy divertido tu aporte, es cierto para los charlatanes es muy difícil guardar silencio, me sentí bastante identificada con todo lo que contas. Lo de la mosca es tremendo, todavía me estoy riendo de la situación.
    Gracias por acompañarme otra semana. Un beso.

    ResponderEliminar
  4. jajaja...COMO TE ENTIENDO. Nunca me había dado cuenta cuanta violencia hay en todas esas frases buscando callar a alguien!!!

    besos

    ResponderEliminar
  5. A veces la verborragia apabulla... un poco de mesura no viene mal, pero es bien cierto que hay maneras y maneras de pedirnos que nos callemos, jajaja! a veces se pasan!
    Me ha causado gracia tu manera de contarlo, fíjate, pocas veces me he visto en esa situación (en tiempo de escuela) porque me tenían que sacar las palabras con sacabocados! (la timidez tampoco es buena) y yo era de las que escuchaba la conocida frase "te comieron la lengua los ratones?" -Bahhh, nada les viene bien!
    Besos!
    Gaby*

    ResponderEliminar
  6. Muy divertido este tu silencio. Y esa imagen del mareo es genial, me hizo reír.
    Besos.

    ResponderEliminar
  7. Esas frases también me las han dicho a mí.

    ResponderEliminar
  8. Me encanta tu humor. A mí también me gustan más las palabras.Comunicarse con silencios es difícil y se presta a errores de interpretación.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Jorgelina, pero que entretenido fue leerte. Ya me parecía estar frente a ti escuchándote. Me ha gustado tu final y con la foto te quedo re-genial.
    Saludes

    ResponderEliminar
  10. Hola Jorgelina jajajaja, me he reído mucho mientras te leía. parece que eres de las que no se callan ni de bajo del agua :-)
    Mejor así porque nunca te quedará nada por decir. Muy simpático tu escrito me ha gustado.
    Saludos

    ResponderEliminar
  11. Uy eso me suena!!!! mi hija también es así una habladora convulsiva y si la riñen es por ello. Así que te entiendo muy bien.
    Besos

    ResponderEliminar
  12. ¡Muy bueno!, claro que sí, una de las llamadas "ametralladoras", perfectas para ser locutoras de radio o para rellenar atrasos en los eventos públicos, expertas en monólogos y soliloquios, hablar, hablar, que el mundo se va a acabar...
    Tienen una ventaja, no tiene uno que decir nada, pues ellas lo dicen todo... ¡Ay!

    ResponderEliminar
  13. Bueno, yo prefiero interpretar el silencio como un estado de paz interior, en el que no hay interferencias no deseadas.

    El silencio absoluto no existe, supongo que incluso los sordos pueden escuchar o sentir a su manera los latidos de su propio corazón como mínimo. Pero ese estado de paz interior como silencio del que hablaba al principio se puede disfrutar a pesar de los ruidos, porque los ruidos no siempre interferencias necesariamente.

    Besos

    ResponderEliminar
  14. Estoy seguro de que incluso las personas muy habladoras (según nos cuentas tú lo eres), necesitan a veces de unos momentos de silencio al día en los que serenarse y desconectar del ajetreo al que nos somete la forma de vida actual, aunque solo sea para proveerse de nuevas energías.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar

gracias por compartir latidos conmigo

frases con latidos