la palabra
SUSPIRO
a veces suele suceder que cuando uno más pretende ocultar una cosa, menos lo consigue.
tal vez en este caso no se trataba de ocultar específicamente pero sí de disimular, hay cosas que no conviene hacerlas tan evidentes, o al menos no era de momento mi intención.
la cuestión, es que aquel chico que pasaba frente a mi puerta día tras día a eso de las seis de la tarde había empezado llamando mi atención, cada día un poquito más, para luego ejercer un "algo" de atracción, hasta finalmente producir una revolución incontrolable que me dominaba por completo.
a esa hora, cada día más producida (buá, ya estaba dando señales sin pensarlo) me paraba en la puerta haciéndome la que estaba esperando que alguien me abriera solo para verlo pasar.
¿el tipo? nada, nada de nada.
iba siempre muy concentrado en lo suyo, metido en sus pensamientos y totalmente desentendido de mi presencia.
admito que eso me descolocaba un poco, porque lo mínimo que esperaba era una miradita de reojo, al final, pasarme la noche como el dos de oro solo para pensar qué me pondría a la tarde siguiente solo para impresionarle, tenía que valer algo... pero no... y eso, la verdad, me estaba desmotivando.
cierto día, ya algo cansada de ese trajín diario que casi se estaba tornando una costumbre infructuosa, me senté en el escalón con todo el desánimo pegado en la cara, ni siquiera me había arreglado como las veces anteriores, es más, estaba a medio peinar, con los rulos más alborotados que de costumbre, con los jeans más rotosos que tenía y unas ridículas alpargatas decoradas con lentejuelas (peor imposible), y allá le veo asomarse por la esquina, más lindo que nunca, bien arreglado y aletargando el paso.
cuando pasó bien frente a mí, no atiné a nada, ni a pararme siquiera, el corazón comenzó a latirme rabioso en tanto me llegaba su perfume que... ahhhhhhhhhh, y ahí salió ese suspiro condenado, ruidoso y delator.
él bajo la cabeza, me miró fijamente y me sonrió... le faltaban los dientes!!!
y buá, no hay suspiro que por bien no venga :)